martes, 4 de enero de 2011

Washington Shibolett: emprendedorismo y acompañamiento terapéutico. Conferencias de Chivilcoy. Primera parte.

Bueno, en principio pensé que a esta altura del año nos íbamos a juntar en un lugar con aire... te pediría pibe que el ventilador no gire, que lo apuntes para acá. Ustedes se pueden ir cuando quieran y yo no. A ver, les iba a leer un texto, pero ustedes cagados de calor…qué mierda van a escuchar…no? Y sí, estoy podrido de que no devuelvan nada, congresos enteros de aplausos secos, y la frasecita “qué interesante, me hace pensar”.

Entonces mejor hablo, porque para ustedes el Acompañamiento Terapéutico es el nombre que justifica que cobren un ingreso. He oído sobre la pregunta generacional, pero fundamentalmente oigo pocas preguntas, como les decía recién. Les digo… yo les digo que rápidamente, demasiado rápidamente, todo el mundo filia el acompañamiento respecto a una ética psicoanalítica. No sé bien porque se hace eso. Hay todo un tema con los nombres, no? Con el reconocimiento…. se sienten bien así, y eso es bueno, pero ustedes están trabajando y no son los únicos que se tienen que sentir bien…claro.

Escuchen, escuchen ingenuamente “se tienen que sentir bien”, no crean que es un mandato superyoico estilo James Brown… bueno, estoy en Chivilvoy, ustedes no saben ni carajo quién es James Brown… pero lo que les quería decir, es que antes de pensar en una ética propongo que revisemos cuestiones de orden moral, saben? Digo, antes de pensar en la facultad o en la Técnicatura los invito a revisar falencias del colegio Secundario tipo Formación ética y ciudadana.

Pregunta inaudible:

Sí, pueden interrumpirme Beto. No es chicana pibe, te digo lo del colegio secundario porque si hubiera un poco más de decencia no habría necesidad de tironear los conceptos para justificar cualquier cosa. ¿Ustedes saben qué es el discurso Amo? El discurso amo es el tipo que viene a arreglarte el calefón y se queja de la marca, de que los hacen cada vez peores, que se rompen etc. Si vivís de eso pelotudo, qué querés, que el calefón funque porque llegaste vos, pero quién carajo te crees que sos?

Cambien el nombre, en vez de calefón póngales “los padres”, “el psicótico”, “la mala junta” etc. Se repite con diferencias, pero nada cede porque llega un AT. Sino, nos pensamos que es un trabajo re lindo, y cuando aparecen los problemas enterramos la cabeza como el avestruz. “Acá no están dadas las condiciones…” Entonces tenemos tipos que nunca se analizaron y al primer suspiro con tufillo feo del paciente se los sacan de encima. Cuando la cosa se pone fulera estamos en el terreno del laburo viejo, y eso no significa que no pongamos condiciones o instalemos un estilo de trabajo.

Pero les digo todo esto para desdramatizar un poco, aunque estoy un poco enojado, pensé que iba a haber aire, digo desdramatizar, porque para estos plomeros que administran simbólicamente la locura -cuando la cosa “marcha bien”- todo se convierte en un dramón. Entonces es la tragedia del psicótico, y el coro trágico: el equipo de acompañantes terapéuticos “conocedores” del paciente y de lo que esperar de él. Relatan la vida del paciente 5 minutos antes de que las cosas sucedan como si eso no tuviese consecuencias.

Por eso la ética del psicoanálisis es hacer mierda el coro.

Intervención inaudible:

Mirá pibe, eso que llamas “relación de poder con el supervisor” y que “mejor revisar entre pares colectivamente”, francamente pibe… le tienen miedo a la transferencia? Que carajo piensan que es?

Hay 3 cosas de moda, la rúcula, el peronismo y el acompañamiento terapéutico, y por lejos, lo menos dañino somos los perucas….

2 comentarios:

Nicolás dijo...

Esto es, como se dice, empezar bien el año. Y yo que pensaba entrarle a Thomas Pynchon. Brillante es poco. Gracias che.

Anónimo dijo...

propongo un nuevo nombre lacanococoonistas, en referencia clara a la pelicula cocoon donde seres como uds venian del espacio a salvar a una bola de viejos aburridos. saludos hermanos del cosmos. J. perez